¿Cómo pintar cítricos?
Parece que el frío llegó para quedarse en este rinconcito del planeta. Y con él, los estornudos y los pañuelos no dejan de danzar.
¿Qué te parece un refuerzo de vitamina C?
Los cítricos son excelentes para dar los primeros
pasos en acuarela. Una forma fácil de comenzar es pintar patrones repetitivos.
¡Por qué la repetición? Porque es una excusa perfecta para aprender a dominar
el pincel, la cantidad de agua, las proporciones justas de agua y pigmento que
debemos usar y hasta aplicar la teoría del color.
Pintar un patrón repetitivo te permitirá ir
analizando diferentes aspectos a medida que pintes un motivo una y otra vez:
- Cantidad de agua en proporción a la cantidad del pigmento y sus resultados tonales
- Manejo de la pincelada
- Control del pincel, ¿muy seco? ¿muy húmedo? Es un camino en búsqueda del equilibrio.
- Técnicas propias de la acuarela (acristalamiento, carga, lavados, …)
¿Mi propuesta?
Dibuja un esquema como el siguiente en tu hoja y
crea con él un patrón repitiendo el motivo. Recuerda usar un papel de 300gr
como mínimo.
Elige una paleta de colores
armoniosa. Los cítricos son la oportunidad perfecta para refrescar la teoría
del color y practicar la armonía de colores análogos.
¿No sabés que son?
Te cuento:
los colores análogos son los que se encuentran cerca uno del otro en el círculo cromático.
Detenete un poquito a mirar el
círculo cromático:
¿Ya descubriste parejas de colores análogos?
Me encanta la armonía que se
logra cuando usas colores cercanos. Amarillos y verdes, rojos y naranjas, …
estas son las armoniosas combinaciones que vamos a usar con estos cítricos.
¡Y sólo necesitas tener tres
tubos de acuarela! Rojo, amarillo y azul. ¡Con estos tres puedes formar todos
los colores!
En este tutorial te explicaré
cómo trabajar con los limones. Para las naranjas o los pomelos el procedimiento
es el mismo, lo único que debes cambiar son los colores.
Comienza pintando el borde
de cada círculo con color amarillo (prepara un charco de pintura bastante
fuerte, no olvides que la acuarela se aclara cuando se seca), lava el pincel y
ya con el pincel húmedo pero limpio realiza un leve degradado hacia el centro
sin pasar por encima de los gajos.
Coloca en el borde exterior del círculo unos
puntitos de verde (amarillo + azul) y deja que el agua haga lo suyo.
Permite
que los colores se mezclen. Nuestro limón todavía no está maduro.
A continuación, pinta los
gajos individualmente con amarillo dejando que el papel blanco se deje ver ocasionalmente
para crear un pequeño resaltado blanco. Para ello puedes, o simplemente no
pintar en esas zonas, o protegerlas previamente con un enmascarador. Si eliges este
camino recuerda esperar a pintar hasta que el enmascarador seque (es buen
momento para tomarte un té).
El objetivo es obtener una
buena variación de color en cada gajo así que, mientras la pintura aún está
húmeda, carga tu pincel con amarillo y coloca un poco de pigmento sobre ella.
Realiza el mismo procedimiento en algunos sectores del gajo con verde. A esta técnica
se le llama carga.
Debes ver como se va creando un ligero degradado dentro del
gajo cambiando de amarillos más tenues a más fuertes y a tonos verdosos.
¿Te cuento? ¿Estás haciendo un lavado variado!
Vuelve al borde de tus cítricos
y pinta una línea amarilla en el borde exterior y luego adelgázala nuevamente
con el pincel limpio.
¿Y ya están tus cítricos
listos!
¿Querés agregarle unos
detalles más?
Una vez que la pintura haya
secado, con la punta de un pincel cargado de amarillo, pinta en cada gajo líneas
desde el centro hasta el borde de cada triángulo (como si estuvieras dibujando
los rayos de una rueda de bicicleta).
Puedes realizar este procedimiento
(acristalamiento) varias veces.
Lograrás de esta manera imitar
la textura de la pulpa del limón.
Recárgate de vitamina C y…
¡Diviértete
pintando!
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